domingo, 10 de enero de 2016

Traslado de blog

¡Hola!

Mi blog ha sido trasladado íntegramente al siguiente enlace:


Muchas gracias y te animo a que lo visites. Allí encontrarás todas las entradas que hay en éste y las nuevas que publico, que ya no irán aquí. 

¡Que tengas muy buen día!

jueves, 31 de diciembre de 2015

El post del jueves de Nochevieja

Muy pero que muy buenos días, quinceañeros!!!

Asumo desde ya que soy un descastao en toda regla, que no tengo perdón por haber perdido tan bonita y alabada tradición de la que sé que depende la felicidad de muchos de vosotros. Igual he perdido mi magia y me toca recuperarla en este 2016, o igual para motivarme deberíais empezar a hacer crowfunding y pagarme algo por entreteneros, chavales.

No quería perder la oportunidad de al menos enviaros un último post del…jueves en este caso (sí, jueves, me lo acaban de confirmar desde el servicio meteorológico) para desearos unas Felices Fiestas y un Feliz Año 2016…

Dios, qué bonito a la par que soso me ha quedado, ¿no? Bah, para qué nos vamos a engañar, yo lo que quiero es sermonearos un rato y quedarme tan pancho. Expresión la de “quedarse tan pancho” por cierto que proviene del nombre que se le daba al cinto en la Edad Media en ciertas regiones de Mallorca, donde condes de la zona después de las grandes comilonas tenían tradición de sentarse en sillas que ponían en fila de cara a los acantilados de la zona a ver el mar y descansar. Se ponían de espaldas al resto de los invitados que continuaban la fiesta, para poder sacar barriga tras haberse puesto púos y así nadie les veía cómo les crecía en comparación con la que aparentaban tener mientras comían, pues el postureo no se ha inventado ahora y por entonces se ve que también eran mú de eso. Y como el cinto/pancho obviamente les crecía e incluso había algunos que se lo desabrochaban del todo, pues ahí está la expresión.

A ver chavales, por no desviarme, aunque sea un topicazo, toca hacer memoria. ¿Qué hemos hecho este 2015? Lo digo porque al principio de este año os envié una felicitación donde os proponía una serie de cosas que hacer, véase:

- Cocinar como regalo para alguien que nunca habéis cocinado
- Hacer un voluntariado
- Iros a dar un paseo solos por el parque o un sitio que os guste con vuestra música preferida
- Leer todos los días e informaros sobre algo que tengáis curiosidad (o bueno venga, una vez a la semana al menos mamonas)
- Comprar en una tienda de comercio justo
- Ver un documental (¿y por qué no uno que NO sea de La 2 para la siesta?)
- Probar una comida exótica que no hayáis probado nunca

La gran pregunta es: fueran estos u otros, ¿hemos hecho algo de lo que nos prometimos que íbamos a hacer? ¿Hemos aprovechado el año? ¿Estámos satisfechos? ¿Nos sentimos realizados? Pues bien, ni nos lo planteemos. El 2015 se acaba hoy. Si empezamos a arrepentiros el último día del año de lo que hemos o no hemos hecho, volveremos a ese círculo vicioso del que pecamos los humanos de vivir anclados en el pasado sin que éste nos deje avanzar, o añorando un futuro que nunca llega y que nos conduce a la frustración. Así que da igual lo que haya sido 2015 para nosotros. A partir de las 00:00 de hoy pensemos que lo único que atesoramos es el presente, y que como decía Mandela, somos los amos de nuestro destino y los capitanes de nuestras almas.

Muchos de los que leéis este email no habéis tenido vuestro mejor año, y para otros ha sido el peor: por lo profesional, sentimental, familiar…así que si hacéis memoria seguramente por mucho que hayáis hecho grandes cosas, puesto toda la carne en el asador, sido felices durante parte o gran parte del año, lo normal es que tendamos a dejarnos colapsar por la parte negativa si ésta ha sido muy grande, y por el contrario nos dejemos llevar por la euforia si ha sido mayoritariamente bueno. Lo de borrón y cuenta nueva es lo que se suele decir, pero no lo comparto. Creo que aunque no haya que vivir en el pasado, no hay que olvidarlo: es la experiencia que nos llevamos, lo que nos hace aprender de los errores cometidos, y lo que nos enseña a ver cómo hemos sido capaces de reaccionar ante las adversidades. Pero eso no impide que tenemos el deber cada uno de nosotros, por nosotros mismos para empezar, de sonreír al 2016. No una sonrisa forzada, sino sincera y que contagie. O acaso si os rodeáis de gente que está triste, ¿no os ponéis vosotros tristes? O si os rodeáis de gente que sonríe, está alegre y feliz, ¿no se os pega esa sonrisa, alegría y felicidad? Nunca desestiméis el poder de una sonrisa en una sociedad en la que los sentimientos, buenos o malos, son fácilmente contagiosos.

Por eso, amigos míos, no olvidéis el 2015, y sonreídle al 2016. Feliz Año Nuevo.


P.D.1: lo sé, a los que os ha llegado esto por email, os he reenviado un mdv de hace unos días, pero tranquilos, es el último así que da igual, no os quejéis tanto.

P.D.2: a quienes os hayáis creído el origen de la expresión “quedarse tan pancho”, Feliz Día de los Inocentes atrasado porque me lo he sacado de la manga pero a niveles exagerados (expresión “sacar de la manga” que proviene de…que nooo que es broma, ya os dejo). Apuntaros eso para 2016, leed e informaros más, miarmas, que con el panorama político que nos espera no es mala idea.

viernes, 20 de noviembre de 2015

El post del viernes (IX)

Muy pero que muy buenos días, gilis!!!

Sin ánimo de tomármelo a broma y frivolizar, parece que la cosa está un poco tensa, ¿no? Si ya lo estaba antes, desde el viernes pasado ha empeorado considerablemente, desde luego al menos en suelo europeo. Conocedor de esta tensión, y sabiendo que hay mucha gente que se puede sentir herida, pido disculpas de antemano por esta entrada. Si además eres de los que se enerva fácilmente y vas a empezar a soltar improperios, nadie te lo impide lógicamente, pero te agradecería pararas de leer aquí. Más que nada porque nadie te obliga a leer las opiniones que un Don Nadie vierte en la red, me gusta que la gente esté feliz y no se cabreen por culpa mía, y desde luego todos tenemos cosas mejores que hacer que entrar en un comentario-contestación-comentario y así sucesivamente. Además de antemano confieso que en ese sentido cada vez estoy más perezoso, y muy probablemente no entre al trapo. Pero sobre todo te agradezco que no lo hagas, y espero lo veas motivo suficiente con esta razón, porque ante todo, lo que voy a exponer es mi opinión, simple y llanamente, no pretendo que nadie la haga suya (aunque me consta que hay gente que la comparte), y lo que voy a confesar, aunque te parezca lo contrario, está escrito en primera persona y no pretendo otorgarle validez de hechos sino de estrictas opiniones personales.

Puestos los papeles encima de la mesa, hace unos días leí un artículo del que comparto muchas ideas. Al menos en parte. El artículo se llama "Lo siento, soy gilipollas". Y mi confesión, quizá como una forma de expiar mis pecados y espero que el autor me lo permita sin tirar de SGAE para pedirme derechos de autor, comienza así. 

Soy gilipollas. Sin el "lo siento". Porque no me quiero engañar, soy un hipócrita y diciendo "lo siento" igual estaría mintiendo porque no sé ni yo siquiera si lo siento de verdad o no. Así que por si acaso no lo digo. Mi nivel de hipocresía seguramente esté a la altura de muchos, supere a muchos, y sea inferior a...no sé, quizá también otros muchos. La lista de razones por las que soy un hipócrita es extensa. Por ejemplo, me preocupo por el hambre y la pobreza del tercer mundo, pero apenas dono dinero ni alimentos a causas humanitarias. Estoy a favor de los derechos de los trabajadores, pero promociono la explotación del siglo XXI mediante la compra de productos de empresas con fábricas deslocalizadas o condiciones laborales deleznables en países democráticos. Creo que los animales tienen derechos, pero sólo algunos por lo que se ve, porque aunque no me gustan las corridas ni el Toro de la Vega, en cambio sí consumo carne animal sin preocuparme de las condiciones en que vivieron, y tengo náuticos y castellanos, hechos de piel. Estoy en contra de la guerra, pero a saber de forma directa o indirecta cuantísimas formas de financiar las armas estoy llevando a cabo. Digo que me interesa la política, pero a duras penas me informo lo justo del panorama internacional y nacional. Información que suelo terminar recopilando en medios convencionales y de grandes masas, a pesar de que critico la poca credibilidad e independencia de la que gozan. Y así podría seguir, con un larguísimo etcétera.

Ante todo esto tengo un mecanismo interno de autodefensa, gracias a que de vez en cuando tengo destellos leves que me hacen sentir mejor conmigo mismo, al menos durante un corto período de tiempo. Y que desde luego, algunas veces me encargo de airear para poder alardear de lo bueno que he sido y soy por unas pocas memeces. Una vez, por ejemplo, hice un voluntariado. Un año duré, nada más, y sin noticias de otro. Tengo parte de mis ahorros en Triodos y con eso me siento la poya de bueno, pero también tengo dinero en otros bancos que...bueno, mejor ni comento. Antes de las elecciones intento leerme parte de algunos programas electorales, y ya con eso me siento con derecho a decir que voto con mucho más criterio que otros. Para poder alardear de que no siempre me informo con lo mismo, a veces me da por leer artículos de medios independientes y colgarlos en mis redes sociales como para hacerlos míos. En su día por ejemplo lo hice mucho con Tsipras en Grecia, y llevo un tiempo sin noticias de ellos (a lo mejor por cierto están haciendo las cosas bien, no lo sé porque ya digo que no me he informado). Y así otra retahíla que paro aquí.

Habiendo descargado esta confesión, me siento mejor porque por dentro pienso "al menos estoy en la fase de aceptación, y soy capaz de reconocerlo públicamente". Más hipocresía y para más inri, conformista. Porque si soy un gilipollas hipócrita que lo reconoce abiertamente, de no cambiar entonces me convierto en una persona que lo asume y hasta disfruto con ello. Pero es que encima disfruto poco siendo así, como es el caso, así que le sumo frustración e infelicidad. Y por si fuera poco, para rizar el rizo, encima detesto a los que son como yo, por lo cual soy un jodido cínico y con aires de sociópata. 

Detesto, por ejemplo, entrar en Facebook y ver que todo el mundo es gabacho de repente. Siento mucho lo ocurrido, y respeto enormemente todos los que se ponen la bandera de Francia de símbolo ahora, especialmente a los que sí son franceses o tienen lazos afectivos con el país, o viven en París, o conocen a gente que estaba en el lugar de los atentados y han perdido a amigos y familiares. Pero hay otra gente que se la pone un poco por seguir la marea, así sin más. Y sobre todo, muchísima gente que le pasa lo que a mí, que de repente me dan mucha pena todas las historias de personas fallecidas en París y que nos bombardean los medios con ellas estos días, pero no he tenido la misma preocupación con los atentados que se produjeron en Turquía o Túnez. “Hombre es que no son europeos y no están tan cercanos”. Ahora de repente va a ser Oceanía, no te jode. Tampoco he visto, y me incluyo el primero, la misma preocupación por los miles de sirios fallecidos en la guerra, muchos de ellos civiles. Civiles que por cierto muchos habrán muerto a causa de bombardeos organizados por ejércitos de países occidentales y democráticos. Por supuesto eso son daños colaterales, en toda guerra ocurre y es una pena pero tiene que ser así. Cojonudo. Mientras tanto, en sólo una semana un país democrático tan emblemático como Francia, y con un gobierno supuestamente de izquierdas, ya ha solicitado alargar el estado de excepción con medidas excepcionales, cambiar la Constitución para darle más poder al Ejecutivo, y bombardeado puntos de Siria saltándose las aprobaciones parlamentarias, de la ONU y de la comunidad internacional. De los refugiados tampoco tengo muchas noticias. Vi el domingo Salvados con su especial sobre “Sin Refugio”, mientras lo veía lanzaba comentarios de “qué pena”, “y de esto tenemos nosotros la culpa”, y más tópicos, pero me volví a dormir tranquilamente y al día siguiente prácticamente se me había olvidado. Algunos nos encargamos estos días de ensalzar la idea de que no hay que dejar crecer el racismo o la islamofobia a raíz de estos atentados, pero reconozco que sería el primero que si veo en un sitio público alguien con mala pinta, árabe y con mochila, soy el primero que se acojonaría, y me da mucha, muchísima pena, porque todos los amigos de países árabes que tengo son maravillosas personas. No obstante, como sé que todo estas ideas son compartido por mucha gente, mal de muchos, consuelo de gilipollas.

Habiéndome confesado un gilipollas hipócrita conformista infeliz frustrado y cínico, lo único que me queda es unirme al que escribió el artículo “Lo siento, soy gilipollas”, y rezar porque haya otra gente que se termine animando y seamos muchos. Y quizá algún día alguno dé un paso y cambie para bien. Yo por lo pronto aviso, dudo que lo sea.

Si has llegado hasta aquí, gracias por leer mi confesión, tenía ganas de compartirla. Lo descrito, en parte, soy yo, y si tenías una buena impresión de mí y ahora cambia, no te culpo. 

Con todo lo dicho, que no se me olvide: pasad buen fin de semana y sed felices. Ah, esto sólo ha sido un alarde espontáneo de querer confesarme, pero como con todo se me pasará, olvidará y volveré a escribir entradas chorras y graciosas en mi blog, lo digo por los que os ha extrañado. 


P.D: gabacho, por cierto, que proviene de la palabra catalana “gabatx”, que anteriormente se ve que significaba “extranjero” (forastero en mi pueblo), y que se usaba de manera peyorativa en Cerdeña, durante la época en que la isla estaba dividida entre españoles y franceses, por los primeros para insultar a los segundos.  

martes, 3 de noviembre de 2015

El post del martes post-puente (I)

Muy pero que muy buenos días, rumberos!!!

Llevo un mes sin actualizar mi blog y reenviar el mdv. Lo sé, mea culpa. Pero la gente importante como yo que lleva un mes sin estarse quieto en ningún lado y que no nos da el sueldo para contratar a una Porno-Secretaria a la que dictarle órdenes y textos (y que a pesar de los avances del siglo XXI, sigue cogiendo a lápiz en un cuaderno), pues lo tenemos complicado. Tengo dos opciones:

a) ser un tío actualizado que pasa por alto todo lo acaecido en este tiempo y pasa a comentar lo más reciente; o

b) sacar mi vena Hipster, rememorar lo ocurrido en el último mes, que la gente vea que un tweet mío sale en el Mail del Viernes original, y además alegrarle el primer día después de un puente a la peña.

Como lo Hipster está de moda, en mi encuesta online instantánea ha ganado el "Hipster + alardeo de tweet + alegría post-puente" por un 99'99% de los votos, y además no tengo ni puta gana de quedarme con la gusilla de contarlo, hablaré de la segunda semana que pasé en Bogotá la última vez que estuve. (((Pausa para aplausos multitudinarios...3...2...1...))) Gracias hombre, no se merece. 

El mismo viernes que publiqué mi anterior entrada se celebraba el Amigo Secreto, que es como el Amigo Invisible pero versión colombiana. Salimos toda la oficina a comer y después entregamos los regalos. Lo lógico es que yo no hubiera recibido nada, pero esta gente es tan buena que me regalaron una botella de aguardiente colombiano...eso sí, se lo cobraron con creces, ya que de ella bebí un chupito escaso. Al salir de la oficina fuimos a casa de unos peruanos que trabajan en Bogotá y que hicieron Pisco, una bebida típica de allí y que está más fuerte que el vinagre de los Palacios. Vale que el resto de la gente se bebió el aguardiente que ellos mismos me habían regalado, pero entre el Pisco, el chupito de mi botella y otro vaso de ron que me invitaron, encaminé la noche del viernes bastante animado. 

Tras un café revitalizante y necesario porque todo esta dosis de alcohol fue antes de cenar, quedo con Mónica y Carolina (dos amigas locales) para cenar. Me llevan a un restaurante de comida orgánica y ecológica de Usaquén, un barrio muy a lo Malasaña/Huertas/Latina y con mucho ambiente. Tras una cerveza en el BBC de al lado (Bogotá Beer Company, una cadena de cervecerías que nació como proyecto de fin de grado...lo cual demuestra que hacerse rico nada más salir de la Universidad es posible en algunos países), nos vamos a Retro, un rumbeadero de la Zona T. La Zona T es un sitio que por la noche está hasta la bola siempre y donde hay que matarse por pillar un taxi. (Y a veces literalmente, pues oí por la radio que unos cuantos de apuñalamientos durante el fin de semana en Bogotá había habido). Y Retro, un rumbeadero como lo llaman allí donde mezclaban música latina con ochentera: nada más llegar, una pareja contratada bailando en el escenario y toda la discoteca haciendo los mismo pasos que ellos; una hora más tarde, "Come on Barbie" de Aqua, "La Macarena" y similares...TODO TEMAZOS, JODER. De mis amagos de bailar salsa con mis amigas...mejor no os los cuento y os véis una peli de terror.

El sábado tocó ponerme serio con el turismo. Tan serio me debí poner que me fui solo. En Montserrate, un monte justo al lado de Bogotá con una Iglesia arriba, dos cosas a destacar: había llamas (SÍ, LLAMAS, LOS MEJORES ANIMALES QUE EXISTEN), y descubrí cómo se las gastan los curas en esa tierra porque se ponen a cantar grandes hits. "¿Y las vistas, el paisaje, la sensación de paz, Santi?" Ni puta idea, yo me comí un "tamal" nada más llegar y adiós estómago. Luego entre horribles sufrimientos y ataques de esofagitis críticos vi más cosas pero está todo borroso: la Plaza de Simón Bolívar (((brrrppp))), el Museo del Oro (((bbbbrrrrrrpppp)))...

Por último, me gustaría despedir este post con un demostrativo bastante gráfico de lo educados que son allí. Seré explícito: hasta para ofrecerte putas lo son. Situación: sábado noche, de vuelta al hotel después de cenar, señor mayor apoyado en una pared. Conversación:

SEÑOR MAYOR AFABLE: Buenas noches. Conozco un sitio de chicas, caballero.

YO: (((Con mi mejor de las sonrisas, y un toque de picaresca))) No, muchas gracias.

SEÑOR MAYOR AFABLE: (((Ligera inclinación de cabeza))) Con gusto, señor. Que pase una buena noche.

Vamos, que me dio hasta pena decirle que no.

Que paséis una semana corta fantástica, pobres inmundos sin mención en el #mdv

viernes, 2 de octubre de 2015

El post del viernes (VIII)

Muy pero que muy buenos días, chéveres!!!

Escribo esto desde Bogotá (para los de la LOGSE, capital de Colombia...Sudamérica...donde fue Colón con las 3...bah, no tenéis remedio). Acá que no tenía ná mejorsito que hacer y me dije "vámonos 2 semanas".

Como tengo que aprovechar el tiempo, intentaré ser breve (ni de coña). El avión mal: no teníamos pantallas individuales y tuve que aguantar las películas que echaban para todo el mundo, y encima van y echan la última que he visto en el cine, "Del revés" (que aún está en algunos cines...jummm Iberia usando descargas ilegales, qué chunga está la cosa). Menos mal que al llegar, contacto con el que considero ya mi chófer personal, Emerson (que OJO, tiene hasta tarjeta de visita) y me lleva a un hotel diferente del de la primera vez, el Exe Bacatá 95: piscina climatizada en la terraza, gimnasio, comidas buenísimas, 800 canales en la televisión (ninguno porno, punto negativo), y todo lleno de españoles en viajes internacionales de negocios cual Barney Stinson. Cojonudo, gracias Pablo.

Quitando lo de la ausencia de porno gratuito, la otra cosa mala del hotel es la distancia a la oficina. Donde la anterior vez tardaba 5 minutos ahora tardo media hora andando. ¿La otra cosa mala? Veamos en mi ficha de personaje (((comentario muy friki de rol, LO SÉ))) cuántas características he mejorado:

+ 10 puntos de experiencia en "Sortear coches, motos y bicicletas"
+ 7 puntos de experiencia en "Lanzarse a lo suicida a la carretera y que Dios te pille confesado"
- 2 puntos de experiencia en "Adivinar el clima que va a hacer en Bogotá y salir por la mañana con un jersey fino que no te sirve porque te mueres de frío y llueve, y volver por la tarde al hotel con un abrigo y paraguas comprados que vuelven a no servirte de nada porque hace un calor qué tetorras"
+ 1 punto de experiencia en "Colar frases con dobles sentido en blogs"

Aparte de mis skills mejoradas, lo que más me gusta del paseo son dos cosas:

1) Bajo las 8.743 calorías consumidas en el desayuno-buffet del hotel. No es exageración, es verídico y me pongo todos los días como el Quico: el otro día froté todo el desayuno de una mañana contra la pared y ahora tenemos vistas al vecino. Por cierto, lo de "ponerse como el Quico" tiene varios orígenes si lo buscáis, pero honestamente me quedo con la versión de ese personaje del pueblo de Aznalcázar en Sevilla al que conocían como "el Quico" y que un día en un convite del ayuntamiento dijo "ésta es la mía" y se zampó lo menos 2 kilos de gambas. Estuvo desaparecido 3 días y lo encontraron debajo de un puente con 40 de fiebre y más malo que un doló. El pobrecito murió días después en el hospital por culpa de la hartada, pero oye, en su pueblo ya se quedó la frase. La historia de este Quico es verídica, otra cosa es que se considere que el origen es suyo.

2) La otra cosa que más me gusta del pase a la oficina es que escucho la radio colombiana. Para ser más concreto y cobrar mi comisión correspondiente, escucho EL MAÑANERO EN LA RADIO MEGA QUE ES RECHÉVERE. SINTONISA EN TU CELULAR O CARRO LA 90.9 Y GÓSALA A LA GRANDE. Gracias a ellos he descubierto que para ahorrarse pagar más segundos de publicidad, las empresas hacen anuncios de radio con la velocidad aumentada y casi me mato en varias ocasiones descojonándome al acordarme de los Simpsons y escuchar a toda leche un "se recomienda un consumo moderado de alcohol. Más de 2 copas pueden ser mortales. No mezclar con comida". Eso y que no sólo en EEUU son patriotas que te cagas, sino que aquí todos los días a las 6 de la mañana y las 6 de la tarde paran lo que esté sonando y ponen el himno nacional. ¡Viva Colombia!

Que paséis un fin de semana...psé, así así en vuestros aburridos países, que yo voy a ver cómo se las gastan por aquí. A cuidarse!

viernes, 25 de septiembre de 2015

El post del viernes (VII)

Muy pero que muy buenos días, independentistas!!!

Si estoy publicando esto por la tarde no es por falta de tiempo o por casualidad, no. Está hecho totalmente adrede. Voy en un AVE Sevilla – Barcelona y aunque yo me bajo antes, mi objetivo por ahora se va cumpliendo. Quería escribir este post rodeado de ese ambiente de última jornada electoral catalana, escuchando catalán, imbuido de Diada y viendo a ver qué me inspira.

De momento…no, poca cosa la verdad. Poca inspiración me da esto oye, qué pena. Menos mal que al menos el tren en el que voy se ve que es animado. Como va a ser un viaje largo, el conductor por megafonía nos ha propuesto jugar a todos a un juego. Explica las reglas y nos dice que si estamos de acuerdo la mayoría pues palante. Alguno se queja y tal, se ve que ciertos vagones están un poco más tensos que otros, pero se dice que sí y aquí estamos, echando el rato con el jueguecito este. Al principio la gente no se entera muy bien de qué va la cosa pero poco a poco le vamos cogiendo el gustillo. La gente se enfada de vez en cuando pero bah, nos llevamos relativamente bien. 

Cuando pasa un tiempo y estamos a toda pastilla (igual que lo que hay en los instrumentos eléctricos, que tienen el convertidor de vibraciones de las cuerdas en señales eléctricas que se amplifican), uno de los vagones dice “a mí no me gusta esto y quiero ponerme a jugar por mi cuenta, que sois tós mú tontos”. El resto del tren claro, bien no se lo toma. Los que se quieren ir sobre todo se meten con los del vagón de en medio, que por qué van a tener que mandar más ellos que nadie sólo por estar en el medio. En eso no les quito razón, además los del vagón de en medio son una mijita chulos y les va mucho el color blanco, con lo soso que es ese color. Pero claro los del vagón que se quieren poner a jugar solos sin el resto, de vez en cuando les da por decir que los de mi vagón somos todos unos vagos y que no pagamos lo mismo para viajar en el tren. “Oigan, que si después de comer entra sueño, pues se duerme, y lo de pagar pregúntenle ustedes a Yoda-molt-honorable” (un personaje suyo que tienen, un show de tío).

El tren otra cosa no, pero entretenido es, y gente diversa hay para dar y regalar. Resulta que hay unos mú brutos mú brutos, que como se pongan a hablar entre ellos no hay quien los entienda, que algunos de ellos apoyan a los del vagón que la está liando parda, y además también ellos dicen que quieren jugar a otra cosa, concretamente a cortar los asientos del vagón con sierras y pegar pelotazos con la mano contra la pared. Ahora eso sí, me he pasado a darme una vuelta por allí y no veáis cómo se come, y lo graciosos que son los jodíos a pesar de lo que se dice por ahí. Hay uno muy famoso por ahí que lo mezcla todo, cocina y chistes. Otro show. Luego hay otros que están en la esquina del tren que los pobres tienen un microclima dentro, con fugas de agua todo el santo día que no se las arreglan, pero que lo llevan con buen humor y si les preguntas te responden cantando y con otra pregunta. Luego están otros que en su vagón se ve que se les ha debido estropear el secamanos y está todo el día puesto a toda ostia, porque nada más entrar te tienes que inclinar pa no caerte. Eso sí, veneran a una virgen pequeñita que ni con huracanes se les cae a los amigos. Mú majicos ellos.

A mí me ha dao mientras por pasearme por el vagón de los que han armao tanto barullo. No sé, no parecen hostiles la mayoría, son güena gente y eso. Es verdad que algunos de ellos están allí que si subiéndose unos encima de otros formando columnas humanas, tol día comiendo pan con tomate y te miran regular según cómo les hables. La televisión que tienen puesta hombre, muy muy objetiva no es, ¿pero y cuál lo es? Lo que está feo es lo que están haciendo con los pobrecitos que están con ellos en el vagón y que quieren seguir jugando con el resto del tren. Los tienen un poquito ahí, esquinados, casi contra la pared y sin poder hablar. Yo como soy así, un tío diplomático, me he puesto hablar con unos y otros.

- Oye a ver, que habíamos quedado en que jugábamos todos a…
- Que no, que queremos jugar por nuestra cuenta
- Bueno pues no sé, oye qué penilla ¿no? Con lo bien que lo estábamos pasando y eso…bueno igual si no hay más remedio podríamos votar todos de nuevo las reglas del juego y empezar de cero…
- Pero no se quiere hacer, y además que no, que votamos nosotros que somos los que queremos irnos
- Oye que no
- Que sí, o nos desenganchamos unilateralmente del tren.
- Ostia tú que nos descarrilamos, no la lieis así con la de otras cosas que hay que hacer antes que son más importantes, ¿no?
- La chupáis
- Sin faltar que te corto el agua y a ver cómo bebéis. Además si lo hacéis así, ¿no perderíais la opción de seguir circulando por la vía por la que estamos?
- No, las reglas del juego dicen que no.
- Estooo…¿y de Europa?

Yo la verdad es que con mi nivel de argumentación entiendo que se hayan reído de mí un poco y quieran irse algunos, aunque sea por coraje. Y la verdad es que mucha gente del resto del tren tampoco está poniendo mucho de su parte para hacerse amigos suyos. Y mientras los del vagón del centro digan que no se puede votar todos otra vez para empezar de cero con nuevas reglas, pues le veo chunga solución a la cosa. Pero hombre, ahora que ya nos conocíamos en el tren con nuestros pros y contras, y que se estaba incluso hablando de unir cada vez más trenes a la misma vía, pues no sé, ¿queda feo no? Lo que más pena me da es que me he pasado por la cola del tren y allí no tienen ni comida, el estado del vagón es deplorable, y están allí que ni pinchan ni cortan sin que nadie se fije en ellos ni se les eche cuenta ni nada. Se ve que siempre hay otras cosas que hacer y de las que hablar, en vez de las que verdaderamente importan.


Buen fin de semana a todos! Os escribiré desde Bogotá la próxima vez (si os escribo, que no sé las ganas que tendré :P)

viernes, 18 de septiembre de 2015

El post del viernes (VI)

Muy pero que muy buenos días, descentrados!

Mi padre acaba de abonarse a un paquete de fútbol de la ostia. Ahora resulta que puedo ver todos los partidos que me salgan de donde dijimos por un precio fijo ridículo. Y claro, ya que se está pagando, aunque sea poco, habrá que amortizarlo. Y ahí que estuvimos el martes con la Champions, tan agobiados de tanto canal que echaba fútbol que nos marcamos una pauta de máximo minuto por partido y a cambiar. Aunque Cristiano metiera 10 goles y todos de penalti y al Sevilla le pitaran 800 a favor de estos, la probabilidad de ver un gol en un partido justo en el minuto que le tocaba ponerlo pues no estaba de nuestro favor, así que ver no vimos ningún tanto y encima me tuve que tragar minutos de un apasionante Wolfsburgo – CSKA de Moscú. Pero oye, por mis santos c*j*n*s que exprimo yo la oferta.

Analizándolo bien, había partidos que me podría haber ahorrado, seamos honestos. Pero no es la única vez que me ocurre. Echando la vista atrás, recuerdo esas jornadas de Eurocopa y Mundiales que siempre me pillaban en época de exámenes. Cuando me levantaba a hacer un descanso pequeño del estudio del apasionante Derecho Administrativo, ponía la televisión a ver qué partido estaban echando. Mi reacción el 99,99% de las veces era: “Anda mira, el Malasia – Uzbekistán. Bueno, voy a alargar un poco el descanso que Maldini dice que hay un tal Trapjaminovich que es especialista en hacer la ruleta invertida con las manos y despistar a sus rivales”.

Y es que no sé si os pasa también a vosotros, pero basta que tengamos cosas aburridas o que tampoco es que nos motive muy allá, para encontrar cualquier excusa para despistarnos. “Vamos a ver, hay que empezar a estudiar con motivación. Tema 1: el derecho y sus fuenqué coño hacen estas carpetas de apuntes del año pasado en mi mesa, ahora mismo ordeno los apuntes y los clasifico, creo un Excel para ubicarlos físicamente en el cuarto y ya de paso saco la ropa de invierno que el oso polar que tenemos en el patio está pidiendo una mantita, y cuando termine pinto los circulitos que se forman en las letras de los títulos de los temas del manual, que si no luego no puedo estudiar bien y no rindo. Uish, sólo con planificarlo ya son las 11:03 y no puedo empezar si no es la hora en punto. Haré un break de 57 minutos…pero luego me pongo con lo de los apuntes, la ropa y los circulitos”. Y así me saqué yo dos carreras y un máster, osea que debe funcionar a la perfección. Debería escribir un manual del buen estudiante con mis métodos, no sé qué coño hago perdiendo el tiempo escribiendo aún los mail del viernes en el trabaj…digoo en mi casa en los ratos libres y estrictamente fuera de mi horario laboral, señor Presidente.

En resumen, que yo lo que en verdad os quería contar es que lo del fútbol en mi casa es un chollo, vaya, para que me tengáis envidia. Y a tó esto, “chollo” exactamente… ¿de dónde viene? Porque que yo sepa el verbo “chollar” no existe, o el adjetivo “chollado”. Así que eso tiene que venir de algún lado. Resulta que en el siglo XVIII llegó a la España de Carlos III un italiano. El hombre tenía exactamente las mismas ganas de trabajar que yo y los que me leéis, así que se dijo “ecco, come posso stafare a tutti questi spagnoli di merda sin fare niente di niente?”, que, traducido correctamente, significa “¿cuál sería la mejor manera de multiplicar exponencialmente mis ingresos sin incurrir en muchos gastos gracias al intercambio de bienes y servicios por la moneda legal en curso en el mercado español?” Pues este señor cogió, se sacó una licencia que le permitía poner sillas en las calles, y se dedicó a ponerlas para desfiles y procesiones y cobrar a la gente que se quisiera sentar. Así nació la Carrera Oficial de Sevilla, y además la palabra “chollo”, puesto que el italiano se llamaba “Cioglio”, que os podéis imaginar cómo se pronuncia aproximadamente.

Que paséis un fin de semana lleno de deporte, desconcentraciones (sanas a poder ser) y chollos!

P.D: allez les bleus mis cullons